Miradas complices

Lo mejor del mundo es cuando me miras, sonríes y no dices nada. Me gustaría parar el mundo en este mismo instante en el que tu mirada choca con la mía, tímidamente levantas la cabeza, sonrío y en mi cuerpo empieza esa sensación de nervios que tanto me inquieta, no reacciono, sólo me quedo mirando a esos ojos que con luz fluorescente me miran hipnotizados, enviando señales destellantes a los míos que estallan de emoción al recibir esa descarga llamada ilusión.

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